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El peligroso abuso del gimnasio de los adolescentes y adultos

15 de Junio de 2023 a las 07:22

El deseo de aumentar la masa muscular puede afectar su salud

MADRID.- La vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno de salud mental que se caracteriza por la compulsión de ganar masa muscular y que afecta sobre todo a los varones entre 15 y 35 años. Esta enfermedad comparte similitudes con los trastornos de conducta alimentaria, como la obsesión por la imagen corporal, pero en este caso tiene que ver con el empeño “por tener un tamaño del cuerpo más grande, fuerte y musculado”, explica Santos Solano, doctor en Psicología Clínica y de la Salud, especialista en trastorno de la conducta alimentaria y obesidad en el centro ITEM de Madrid.

Además, suele estar asociado a la práctica de ejercicio, sobre todo de fuerza, que acaba siendo adictivo. “Se estima que entre los varones que practican actividades para desarrollar la musculación afecta a un 10% de ellos y que, en la actualidad, lo padecen 20.000 personas en España”, añade el experto.

La vigorexia no es estrictamente un trastorno de conducta alimentaria (TCA), pero comparte muchas similitudes con enfermedades como la anorexia. “De hecho, originalmente, se llamaba anorexia inversa, porque aparece la obsesión por la figura, también hay una distorsión de la imagen corporal como en los TCA y suele afectar mucho a la interacción social, porque se prioriza ir al gimnasio o mantener una dieta estricta, y el hecho de salir con otras personas puede interferir en esa rutina rígida. Así que acaba por influir a nivel físico, psicológico y social”, sostiene Santos Solano.

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Ciertas conductas pueden denotar que el adolescente está entrando en el terreno de un trastorno de salud mental asociado con su imagen corporal, el doctor Solano menciona algunas de ellas:

Mantener programas de entrenamientos muy rígidos, intensos y orientados al aumento del volumen muscular.

Aparece malestar y ansiedad cuando el adolescente no puede llevar a cabo su dinámica habitual de actividad física.

Cambios en el estilo de vida, que implican distanciamiento de muchas actividades cotidianas, como en la dinámica de las relaciones sociales.

Rigidez y obsesión con la dieta para eliminar la grasa y ganar musculatura.

Suele aparecer el consumo de hormonas anabolizantes para fomentar el desarrollo muscular, lo que conlleva un elevado riesgo para la salud, que crea un circuito adictivo.

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