¿Gripe común o Covid-19?, aprenda a detectar las diferencias
20 de Septiembre de 2020 a las 12:08
Con la llegada del otoño se disparan los resfriados, mientras hay un rebrote del coronavirus
Por estos días en los que empiezan los contagios masivos de la gripe común, muchas personas van a empezar a dudar sobre lo que tienen, si realmente es un simple resfriado o el coronavirus, porque aunque las dos enfermedades están causados por virus diferentes, los síntomas pueden confundirse. Aunque hay grandes diferencias las personas afectadas se pueden confundir, porque también tienen muchos síntomas similares.
LONDRES.- Tanto la COVID-19 como la gripe son enfermedades contagiosas de las vías respiratorias que se originan en virus y comparten algunos síntomas. No obstante, al compararlas más detalladamente, se ve que afectan de manera diferente.
El síntoma más común del coronavirus es una fiebre alta y tos seca, además de pérdida repentina del sentido del olfato y el gusto. También son frecuentes los temblores con escalofríos que no ceden y dolor muscular, de cabeza o de garganta. Estos pueden aparecer de 2 a 14 días después de la exposición al virus y su grado o presentación puede variar. No todo el mundo presentará todos.
Las gripes suelen llegar de repente y los que la padecen experimentan con frecuencia dolores musculares, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, entre otros síntomas que se sufren con mayor intensidad que si se trata de un resfriado.
Los virus que causan la COVID-19 y la gripe se propagan de forma similar. Se contagian entre las personas que mantienen contacto estrecho (menos de 2 metros o 6 pies), a través de gotitas respiratorias o aerosoles expulsados al hablar, estornudar o toser y que aterrizan en la boca o en la nariz de alguien ubicado cerca o que se inhalan. Ambos virus también se propagan cuando alguien se toca la boca, la nariz o los ojos después de haber tocado una superficie donde alguno de ellos aterrizó.
Ahora que comienza la temporada de influenza (los casos comenzarán a incrementarse a principios de octubre, señalan las autoridades sanitarias), los expertos alertan de que la sintomatología puede ser tan similar que no podrá desestimarse la posibilidad de tener coronavirus sin hacerse un test, con la sobrecarga que esto supone para el sistema hospitalario.
Los signos y los síntomas de ambas enfermedades varían desde nada a leves y graves. Debido a que la COVID-19 y la gripe tienen síntomas similares, puede ser difícil diagnosticar cuál afección es con base en los síntomas solamente y, por ello, hay que hacer pruebas para ver de cuál se trata. Además, una persona puede padecer ambas enfermedades al mismo tiempo.
Tanto la COVID-19 como la gripe pueden llevar a complicaciones graves, como pulmonía, síndrome de insuficiencia respiratoria aguda, insuficiencia orgánica, ataque cardíaco, inflamación del corazón o del cerebro, accidente cerebrovascular y muerte.
Muchas personas enfermas de gripe o con síntomas leves de COVID-19 pueden recuperarse en casa, con reposo y líquidos, pero otros enferman gravemente y necesitan ingresar al hospital.
¿Cuál es la diferencia entre COVID-19 y gripe?
La COVID-19 y la gripe tienen varias diferencias, pues ambas son producto de dos virus distintos. El origen de la COVID-19 es un nuevo tipo de coronavirus llamado SARS-CoV-2, a diferencia de la gripe que es producto de los virus de la influenza A y B.
Los síntomas de la COVID-19 y de la gripe aparecen en épocas distintas y se diferencian en algunas cosas. En la COVID-19, se puede perder el sentido del gusto o del olfato y los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al virus; en la gripe, en cambio, los síntomas generalmente aparecen entre 1 y 4 días después de la exposición al virus. Además, la COVID-19 parece ser más contagiosa y propagarse con mayor rapidez que la gripe y la posibilidad de enfermar gravemente, como sufrir daños pulmonares, también es más frecuente con la COVID-19 que con la gripe. Asimismo, la tasa de mortalidad también parece ser mayor con la COVID-19 que con la gripe.
La COVID-19 provoca complicaciones distintas a las de la gripe, como coágulos sanguíneos y síndrome inflamatorio de varios sistemas en los niños.
Otra diferencia es que la gripe puede tratarse con fármacos antivirales, mientras que todavía no se aprueba ningún medicamento antiviral para el tratamiento de la COVID-19. Los investigadores están evaluando muchos fármacos y tratamientos contra la COVID-19 y han visto que algunos medicamentos reducen su gravedad.
Las personas pueden vacunarse anualmente contra la gripe para reducir el riesgo de padecerla y, en caso de contraerla, la vacuna antigripal también disminuye la gravedad de la enfermedad y el riesgo de sufrir complicaciones graves. En cada año, la vacuna protege contra tres o cuatro virus de la influenza, que se anticipa serán los más frecuentes durante la temporada gripal de ese año. La vacuna se administra mediante inyección o espray nasal.
La vacuna antigripal no protege contra la COVID-19 y los estudios muestran que vacunarse contra la gripe no hace a la persona más proclive a contraer la COVID-19 ni otras infecciones respiratorias.
Por el momento, no existe ninguna vacuna contra el virus que causa la COVID-19, pese a los esfuerzos de los investigadores por crear vacunas que prevengan esa enfermedad.
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