ABRIENDO PUERTAS A LOS QUE NECESITAN Canadá acogerá a refugiados sirios.

Por: Anabelle Chacón Castro

Siria está en una guerra civil que desangra a su pueblo desde hace cuatro años. El motivo es muy simple, la perpetuidad en la dinastía Al-Assad. Su actual presidente, Bashar Al-Assad asumió la presidencia en junio del 2000, en un sistema unipartidal, sucediendo a su padre Hafez Al-Assad, quien había gobernado por treinta años. Es curioso notar que Bashar fue reelecto en el 2007 con una votación del 97.6% en una elección donde era el único candidato. Los períodos presidenciales sirios son de siete años lo cual significa que su tiempo expiró el año pasado y, sin embargo, continúa en el poder.
 

En enero del 2011, como una consecuencia de las protestas masivas de la Hermandad Musulmana en la región, Siria alzó su voz y comenzó a pedir reformas estructurales en la forma de gobierno, de tal forma que puedan organizarse una democracia efectiva con elecciones libres donde puedan participar más candidatos. Obviamente, que esto fue un detonante de una guerra fratricida que ha desplazado 12 millones de personas, la mitad de la población del país, que se han quedado sin hogar y en muchos casos sin familia, según las declaraciones de Ratna Omidvar directora del programa del global intercambio de la Universidad de Ryerson y que preside la organización de ayuda humanitaria Lifeline Syria, quien además califica como una de las crisis humanitaria más grandes desde la Segunda Guerra Mundial, aunque se trata de una guerra interna, hermano contra hermano, se están dando abusos terribles como el uso de armas químicas.
 

Omidvar, en un proyecto con el alcalde John Tory, ha anunciado – el pasado 18 de junio- que la ciudad de Toronto acogerá a mil refugiados sirios y les ayudará a establecerse en el término de un año. Esta iniciativa planea sea sustentada por otras ciudades, de tal forma que Canadá acoja a 10,000 refugiados sirios en el plazo de tres años, en diferentes ciudades a través del territorio canadiense. Esto se lo hace en trabajo conjunto con la Premier de Ontario Kathleen Wynne y el Ministro de Migración Chris Alexander.
 

Canadá está abriendo nuevamente sus puertas, volviendo a sus raíces de país solidario, como ya lo ha hecho anteriormente con Vietnam, Cambodia, Laos, El Salvador, entre otros. Claro que esto no es suficiente, sino que se necesita que la política internacional canadiense se vuelva más activa en casos como estos, como el de Siria que se ha vuelto invisible en el contexto internacional y que lleva cuatro años luchando por sus derechos.
 

Ojalá que Canadá siga abriendo puertas a los que lo necesitan. Hay mucho territorio, la economía es fuerte ¿por qué no extender esta ayuda a otros países que también sufren atrocidades a manos de sus propios gobernantes?