CERRANDO CAPITULOS Un agradecimiento a La Portada.

Por: Anabelle Chacón Castro

No se puede decir “adiós” si no se dice primero “gracias”.  Mi madre siempre me ha dicho que el peor pecado es la ingratitud; y, eso mismo les he inculcado a mis hijos.  Por eso quiero decir gracias por esta parte importante de mi vida. Hace dos años y medio recibí la generosa invitación de la Sra. Lupe Ledesma de escribir para La Portada. Siempre se ha respetado mis artículos y he recibido un apoyo incondicional del equipo periodístico y su gerente general.
 

Este espacio me ha permitido expresar opiniones y tratar temas que he pensado que son relevantes para la comunidad. He escrito sobre todo tipo de temas y muchos se me han quedado en el tintero porque las noticias me han superado en todo sentido; sin embargo, he puesto mi mejor esfuerzo.  No tengo más que palabras de agradecimiento para La Portada y su Gerente General. 
 

También tengo que decir gracias a todos quienes se han tomado el tiempo de leerme y se han acercado con sus opiniones, muy respetables, que no siempre han coincidido con las mías, pero que me han enseñado a ver las cosas desde una diferente perspectiva. Porque eso ha sido lo importante, generar un debate donde exista la diversidad de pensamiento.
 

Hoy, ha llegado el momento de despedirse. Y quiero aprovechar para hacerlo de todas las personas que me han acompañado durante estos quince años y once meses de mi vida en Canadá. Me llevo los recuerdos buenos, los malos… que se quedan atrás. Aunque no vine por voluntad propia, siempre me sentiré agradecida con este país que me acogió, donde trabajé, eduqué a mis hijos y serví a la comunidad. Como todos los inmigrantes, tengo mi propia historia y sé que Canadá es un gran país, pero siempre he pensado que no es el mío. El mío, Ecuador, con todos sus defectos y virtudes es mi hogar. Y hoy que he cumplido con mis hijos y que ellos han tomado sus propios rumbos, puedo irme en paz. Quiero llevarme solamente ilusiones de nuevos sueños por alcanzar, no solamente en lo personal sino en lo comunitario, porque ha llegado la época de retribuir todo lo que he recibido.
 

Todas las personas cumplimos ciclos y debemos saber reconocer que la vida tiene una dinámica donde nadie es eterno; y, así como yo lo hice, habrá alguien más que lo pueda hacer, incluso –tal vez- mejor que yo; y qué bueno que así sea por el bien de nuestra comunidad.
 

Gracias, La Portada. Gracias, Lupita, por dejarme la puerta abierta por si quisiera seguir escribiendo ocasionalmente. Un abrazo eterno, amigos.  Gracias por leerme. Los llevaré en mi corazón. Quisiera pensar que este no es un adiós sino un hasta luego, porque espero que muchos de Ustedes sigan siendo parte de mi vida donde quiera que me encuentre. Adiós a todos, me despido cerrando un capítulo en mi vida y abriendo otro. Su humilde servidora. ANABELLE.