Guerra entre bandas causa cruel masacre en cárcel de Brasil que deja 57 muertos

Presos se amotinaron, incendiaron la prisión y retuvieron a los guardias

Una brutal guerra entre facciones criminales ha dejado este lunes al menos 57 muertos en una cárcel del estado de Pará, en el norte de la Amazonia brasileña. Al menos 16 de ellos fueron decapitados y el resto asfixiados por un fuego provocado por una de las bandas de reclusos, después de que las instalaciones fueron clausuradas. Según datos oficiales, la población carcelaria brasileña hacinada en pésimas condiciones, pasa de 700.000 personas, el doble de su capacidad.

BRASIL.- Las Autoridades de Brasil informaron este lunes que alrededor de 57 presos murieron en un enfrentamiento entre bandas rivales ocurrido en una prisión en el estado de Pará, luego de que dos pandillas rivales, Comando Clase A y Comando Rojo, se enfrentaran durante varias horas en el interior de la cárcel de la localidad de Altamira.

Según las autoridades carcelarias, la matanza comenzó con una pelea entre facciones a las siete de la mañana, hora local, cuando los presos de una de las bandas cruzaron hacia la zona de la cárcel donde estaban encerrados los de otro grupo rival.

Esta es la segunda masacre grave de este año en la Amazonia. Hace apenas dos meses 57 presos murieron en cuatro cárceles de Manaos, donde la policía encontró reos estrangulados, ahorcados y acuchillados con puñales hechos con cepillos de dientes, también después de una guerra de bandas.

Las guerras de facciones son frecuentes en el sistema penitenciario brasileño, considerado por organismos internacionales uno de los peores y más inhumanos del mundo. Violentas facciones criminales como el Comando Vermelho (CV) de Río de Janeiro, el Primer Comando de la Capital (PCC) de São Paulo, y Familia del Norte, de la región amazónica, dominan las prisiones y vienen siendo separados por áreas e incluso distintos presidios, para evitar enfrentamientos.

Videos publicados por la prensa de Brasil muestran humo saliendo de al menos un edificio de la prisión, mientras que otro parecía mostrar a los internos caminando en el techo.

La violencia en las cárceles brasileñas es frecuente. En mayo, 40 internos fueron asesinados en un mismo día en cuatro prisiones diferentes en Manaos, un día después de que 15 murieran también en prisiones del área.

Brasil tiene una población carcelaria de unas 754.000 personas con un sistema preparado para albergar 415.960 presos. El número de detenidos aumentó de forma exponencial desde el 2006. Según datos oficiales, en diez años hasta el 2016, la población carcelaria aumentó un 180%, pero alrededor de 40% de los detenidos no tiene condena.

Además, menos de un quinto de los detenidos estudia y sólo uno de cada ocho trabaja. Muchas unidades penales son consideradas, además, verdaderas bombas epidemiológicas, con tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual en altos niveles.

En Pará, con 14.244 detenidos según datos de 2016, la situación no es mejor. Hay 1,7 presos por vacante penitenciaria, y un 47% de los detenidos no tiene condena. Cinco bandas delictivas controlan los penales del estado: el Primer Comando de la Capital (PCC), el Comando Rojo (CV), Unión del Norte, Comando Clase A y Bonde dos 30. En el penal de Altamira el sangriento enfrentamiento fue protagonizado por miembros del Comando Rojo y el Comando Clase A.